El recuento de los puntajes del miércoles (26) fue intenso hasta el último ítem.

 La trama de la escuela campeona hablaba de mujeres esclavizadas que en el siglo XIX vendían comida y lavaban ropa en la laguna de Abaeté, en Salvador, con el dinero recaudado, compraron la libertad de otras mujeres sometidas a cautiverio. Con un estribillo de chicle, la samba fue cantada a la capilla en dos partes y conquistó al público. Las alegorías y fantasías eran muy lujosas y ordenadas.

La forma de puntuar ha cambiado. Hubo un aumento de cuatro a cinco miembros del jurado en la evaluación de cada uno de los nueve ítems, con la eliminación de la puntuación más alta y más baja en cada uno. Hasta el año pasado, solo el puntaje más bajo no se tenía en cuenta en el conteo final.

La expectativa era una feroz disputa

Portela, Viradouro, Unidos da Tijuca, Vila Isabel y Salgueiro fueron algunas de las escuelas que más entusiasmaron al Sambódromo en el desfile de este año. Portela desfilaba cuando ya amanecía, pero entusiasmó a la audiencia que aún llenaba las gradas. A la luz de los primeros rayos del sol, los colores de los disfraces y los efectos que destacaron los autos espejados, así como los hermosos bahianos en azul.

La escuela nos contó cómo era Río de Janeiro antes de la llegada de los descubridores portugueses y criticó la destrucción de la naturaleza.